Conocido también como Castillo de los Moros, es una pequeña fortaleza medieval en la localidad granadina. Se encuentra sobre un promontorio rocoso al lado del barranco Salado, dominando el valle del río Lanjarón.
Su construcción se data en los reinados de Yusuf I o Mohammad V durante los siglos XIII y XIV. Su función fue eminentemente defensiva.
Desde tiempos remotos el enclave tuvo un alto valor estratégico al dominar importantes vías de acceso a Sierra Nevada y la Alpujarra. Por esta razón fue el lugar escogido para levantar este tipo de estructuras defensivas. Durante la época en la que el castillo cayó en poder de Fernando III, convirtiéndolo en un bastión relevante para la defensa de la zona.
Durante la época de la rebelión de los moriscos, la fortaleza ya se encontraba bastante deteriorada y fue a partir de entonces cuando fue paulatinamente abandonado dado que ya carecía de la importancia militar que no tuvo en otra época.
Recientemente se han realizado obras de rehabilitación para proteger su integridad y contribuir a su conservación.
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