Lo más probable es que al oír Nerja, lo primero que se nos venga a la mente sean las cuevas que se encuentran en Maro, la pedanía de este municipio malagueño. Y es que, tras su descubrimiento, se han convertido por derecho propio en uno de los atractivos turísticos de obligada visita.
Y es que esta gruta de la que se estima se comenzó a formar hace 5 millones de años tiene una belleza natural difícil de olvidar a quienes la han disfrutado. Descubierta un mes de enero de 1959, ha sido declarada bien de interés histórico y naturales gracias no solo a las pinturas rupestres que se han hallado en su interior. También por las impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas que tapizan practicamente por toda la gruta.
Su descubrimiento lo realizaron cinco muchachos, casi por casualidad, en un día de excursión en el que se proponían coger murciélagos en un pozo que, en aquellos días, se conocía con el nombre de la Mina.
La superficie de la cueva ha sido dividida en tres zonas, y en cada una de ellas se le ha dado una denominación que alude a las formas geológicas que se encuentra en su interior.
Desgraciadamente tengo pendiente regresar a las cuevas con una buena cámara con la que obtener una interesante galería de imágenes. Por el momento, tendremos que conformarnos con estas que he tomado prestadas del canal de wikipedia.
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